Cada vez hay más personas concienciadas de que los pequeños gestos para cambiar el mundo son claves. Así, las inversiones socialmente responsables (ISR) o el consumo de proximidad, entre otras estrategias, se antojan decisivos entre quienes están comprometidos con el medioambiente.
¿Pueden los pequeños gestos cambiar el mundo?
Buscando la sostenibilidad, cabe pensar qué puede hacer cada persona a título individual, y lo cierto es que es mucho más de lo que puedas imaginar. Con sencillos gestos diarios puedes estar colaborando a proteger el ecosistema. Además, si esto lo hacemos todos, el impacto positivo será incalculable.
La suma de las distintas iniciativas personales que se repiten de manera constante favorecen sinergias positivas en todas las comunidades. El motivo principal es que gracias al ejemplo real y práctico se pueden fomentar este tipo de conductas.
Da ejemplo a los demás y favorece un consumo responsable
Muchas personas se preguntan cuál es la mejor manera de apoyar un consumo responsable. Por ello, veámoslo con algunos ejemplos:
1. Agua
Cierra el grifo de la ducha mientras te enjabonas o el del lavabo mientras te lavas los dientes. Con pequeños gestos como estos, impulsarás a tu familia a seguir tu ejemplo.
2. Disminuye tus residuos
No utilices bolsas de plástico y compra a granel. Con estos gestos desarrollarás hábitos que eviten residuos innecesarios.
3. Ahorra energía
Apaga las luces cuando no sean necesarias, sustituye las bombillas por otras de bajo consumo y apuesta por energías renovables.
Con todos estos pequeños gestos estarás fomentando en tu entorno un consumo responsable y protegerás el medioambiente.
Ayuda individual para crear un mundo más sostenible
La responsabilidad del cambio climático no es de las empresas, sino que con nuestro comportamiento diario podemos hacer mucho. Lo primero que se puede hacer es transformar nuestros hábitos hacia un consumo responsable.
¿Conoces la regla de las 4R? Aquí es donde empieza todo: recicla, reduce, reutiliza y recupera. Al generar menos residuos y dar un nuevo uso a ciertos objetos que ya no utilizas y están en buen estado, puedes convertir un residuo teórico en un nuevo producto. De este modo y gracias a la reutilización, podemos frenar el impacto de nuestras acciones diarias en el medioambiente.
Gestos que protegen el futuro de nuestro planeta
Veamos 4 acciones que pueden provocar grandes cambios:
1. Tomar conciencia. Cuando vayas a la compra, ten en cuenta que para reducir el impacto en el entorno y que este sea mejor para todos es necesario analizar criterios sostenibles y sociales. Así, consumidores y empresas deben tener una relación de equipo. Es decir, debemos ir todos a una. Las empresas son el motor del cambio, pero nosotros debemos colaborar.
2. Da valor a las cosas. El consumo solidario, sostenible y justo es el origen del consumo responsable. Una gran acción espontánea puede ser un gran gesto, pero la suma de muchos gestos pequeños puede ser superior. Para ello, hay que modificar los hábitos de consumo y evitar, por ejemplo, los plásticos de un solo uso.
3. Ser exigente. No todos los productos contaminan lo mismo. Así, fijarte en las etiquetas de los vendedores o fabricantes te ayudará a escoger alimentos de kilómetro cero, entre toda la oferta. De este modo, estás contribuyendo a limitar la contaminación en el transporte.
4. Inspirar a los demás. ¿Sabes el poder de convencer a 5 personas para que modifiquen sus hábitos y realicen a diario pequeños gestos en favor del planeta? Esto es algo que a lo largo de un año tendría un impacto positivo brutal en el medioambiente y en el cambio climático. De este modo, cada persona comenzará a ser parte de la solución y no del problema.
¿Puedes transformar las cosas a través de la alimentación?
El ámbito de la alimentación personal es una de las mejores muestras de cómo podemos cambiar el mundo en nuestro día a día. ¿Cómo? Presta atención a las siguientes conductas de mejora del planeta y solidaridad relacionadas con tu alimentación:
- Compra productos de temporada. De este modo, garantizas que los alimentos que vas a consumir son frescos y conservan todos sus nutrientes. Cuando no prestas atención a este sencillo gesto, es posible que los alimentos que pones en tu mesa lleven varias semanas en las cámaras frigoríficas.
- Consumo de proximidad. Este aspecto está relacionado con la distancia que tienen que recorrer algunos alimentos hasta el supermercado. Si apuestas por alimentos de kilómetro cero, lo que estás haciendo es que esos alimentos no recorran una distancia superior a 100 kilómetros desde su producción al punto de venta.
- Dieta saludable. Gracias a los productos de proximidad, no solo te alimentarás de forma saludable en función de los productos de temporada, sino que evitarás introducir en tu organismo pesticidas u otras sustancias perjudiciales para tu salud. Asimismo, aumentar el consumo de frutas y verduras es fundamental para frenar la obesidad de adultos pero, sobre todo, de los pequeños.
- No desperdiciar la comida. No se trata de comprar un montón de comida para tener una dieta saludable y luego no comérsela. La mejor forma de contribuir a la sostenibilidad es comprar la cantidad de comida que necesitas para evitar el desperdicio.
¿Qué son las ISR y cómo pueden ayudar a crear un mundo sostenible?
Las inversiones socialmente responsables (ISR) son aquellas que tienen un impacto positivo en la sociedad. No dejan de ser inversiones basadas en criterios financieros, pero también tienen en cuenta la preocupación por cuestiones éticas como el respeto por el medioambiente. De hecho, cada vez más empresas las están incorporando en su día a día.
¿Por qué te cometamos esto? A la hora de comprar en tu supermercado, la elección de un producto la puedes condicionar en función de si la marca comercializadora lleva a cabo este tipo de acciones. Así, además de conseguir un mejor alimento, lo que harás será apoyar a una compañía que apuesta por el cuidado ambiental, la sostenibilidad y buenas prácticas de gobernanza. Otra excelente manera de poner tu granito de arena.
En definitiva, desde masymas supermercados te animamos a realizar pequeños gestos para cambiar el mundo con los que fomentar la biodiversidad del ecosistema y reducir la huella de carbono. La suma de acciones individuales marcará la diferencia.