La anchoa del Cantábrico, concretamente la de Santoña, es toda una delicia gastronómica. En esta localidad se preparan desde 1880 cuando una flota italiana dispuso la primera fábrica dedicada al salazón. Desde entonces, Santoña es una de las zonas con más producción de anchoas de toda España gracias a su extraordinaria calidad.

¿Qué las hace tan deliciosas? ¿Qué beneficios tienen para la salud? ¿Cómo puedes acompañarlas? Te lo contamos todo.

Características y beneficios de los filetes de anchoa del Cantábrico

Las anchoas de Santoña proceden del mar Cantábrico. Se capturan entre abril y junio y se caracterizan por su color marrón rojizo con notas plateadas. De textura carnosa y bajas en sal pueden alcanzar hasta 15 centímetros de largo. Contienen vitaminas A, D, K y E. y vitaminas del grupo B como la B2, B6, B9, B3 y B12 que te ayudan a aprovechar todos los nutrientes. Además, minerales como el hierro, sodio, potasio, magnesio, calcio y fósforo.

¿Cuánto aportan 100 gramos de anchoas? Unas 200 calorías y: 27 gramos de proteínas, entre 6 y 12 g de grasas, 28 mg de magnesio, 20 mg de yodo y 1 mg de hierro.

En cuanto a sus beneficios, la anchoa de Santoña:

– Disminuye el colesterol

Al ser un pescado azul rico en Omega 3 te ayuda a disminuir el colesterol malo y a prevenir enfermedades cardiovasculares.

– Para el sistema inmunológico

Gracias a su contenido en vitaminas y minerales ayuda a un mantener tu sistema inmunológico en buen estado.

– Para mantener la línea

Contiene muy pocas calorías por lo que es apta tanto para mantener la línea como en dietas de adelgazamiento.

Y recuerda…

Si padeces de gota, hiperuricemia o ácido úrico alto evita la anchoa ya que tiene un contenido elevado de purinas. Tampoco, en caso de tensión alta  debido a su alto contenido en sal. Ante la duda, consulta con tu médico.

Algunas ideas para preparar la anchoas de Santoña

La forma más sencilla de presentar los filetes de anchoa es con un chorrito de aceite de oliva.  Y si quieres algo más sofisticado, puedes consumirlas formando parte de algún delicioso canapé. Sobre una tosta integral untada con queso cremoso o paté de cabracho, sobre cogollos de lechuga aderezados con unos ajitos fritos, en una ensalada de tomate, patatas o de pimientos del piquillo, huevo duro y ajo o con queso curado. Puedes usarlas para hacer pizzas y patés caseros de calidad extra. También, quedan muy bien como parte de una vinagreta para aderezar ensaladas, para la pasta con salsa de tomate o en pinchos con guindillas, tomate cherry y queso blanco. Y es que no necesitan de muchos aderezos para disfrutar de ellas.

En cuanto al maridaje los expertos recomiendan acompañar las anchoas con vino blanco y, en especial, el albariño. Pero, si lo prefieres puedes optar por un txacolí, incluso un cava o un vino rosado.

Cuando compres anchoas, no dudes en elegir la anchoa del Cantábrico, un producto para los paladares más exigentes y exquisitos.