En un momento en el que el pan artesano está más de moda que nunca, las claves para mantener el pan fresco importan y mucho. Si te has preguntado alguna vez si existe una fórmula para conservar el pan como el primer día, esto te interesa. Te contamos las claves para que conserves tu pan tan fresco como el primer día.

La elección del pan y su conservación hacen prácticamente imposible que tus piezas se queden duras como piedras. ¿Quién no ha guardado el pan en la misma bolsa en la que le han despachado al llegar a casa? Todo el mundo lo ha hecho cuando se trata de uno de los principales errores a evitar.

Tips imprescindibles para mantener el pan fresco por más tiempo

Aunque este es el post definitivo para conseguir esta encomienda, empecemos por el principio: hay que elegir un pan de calidad. De lo contrario, será imposible mantenerlo fresco incluso pasadas unas pocas horas.

En este sentido, debes saber que la diferencia de precios entre los panes radica, en un alto porcentaje, en la calidad de los mismos. Una calidad que se halla directamente relacionada con la conservación y la duración de la misma.

La humedad, otra de las claves para conservar el pan como el primer día

Un exceso de humedad incide de manera directa en que el pan se ponga chicloso o pasado. Además de guardarlo en un lugar seco, debe estar frío a la hora de ser guardado, ya sea en una bolsa de plástico o de papel.

¿Recuerdas las bolsas de tela para guardar el pan en casa de nuestras madres? Ha llegado la hora de volver la vista al pasado más reciente para rescatar este tipo de bolsas, ya que son las mejores a la hora de conservar el pan.

A modo de truco y siguiendo con esa vista en el pasado, prueba a introducir una patata dentro de la bolsa del pan a modo de agente antihumedad natural.

La congelación, otro gran aliado para el pan fresco

Congelar el pan que no te vas a comer e ir sacándolo del congelador según vayas necesitando es otra buena idea. Lo cierto es que la conservación es excelente siempre y cuando la descongelación se realice a temperatura ambiente y no en el microondas. El resultado siempre será mejor de la primera de las formas, si se puede evitar la segunda.

Si retiras el pan del congelador la noche anterior al día en el que lo vas a comer, no apreciarás que el pan no es del día. También debes saber que no podrás congelar el pan ya congelado previamente.

La tostadora o el horno, las opciones para cuando vamos con un día de retraso

Imaginemos que no te ha dado tiempo de guardar bien el pan en una bolsa hermética o de tela. Demos por hecho que no te ha dado tiempo a congelar el pan sobrante. Supongamos que el pan ha comenzado a perder su textura original o que, de hecho, eso ya ha sucedido. ¡Que no cunda el pánico! Puedes recurrir al horno o a la tostadora.

Como ves, resulta sencillo obtener las cualidades organolépticas del pan fresco en uno que no lo es tanto. ¿Has tomado buena nota?