Cuando hablamos de productos de proximidad, estamos hablando de aquellos productos de estación, frescos y de temporada que entre su punto de origen y su consumo no recorren una larga distancia. Son los también conocidos como productos kilómetro cero, es decir, que entre su recogida y su venta no debe haber más de 100 kilómetros.

Son alimentos que cultivan los agricultores de nuestra zona, como siempre se ha hecho, asegurando, por supuesto, las garantías tanto sanitarias como ambientales. Además contribuyen a la sostenibilidad del planeta, ya que los que no sirven para nuestro consumo se usan como abono o como harina para piensos.

Lo importante de consumir alimentos frescos

Desde hace mucho tiempo, las instituciones sanitarias tratan de concienciarnos de la gran importancia del consumo de alimentos frescos y de la estacionalidad de estos, siguiendo la bien llamada «dieta mediterránea», que prioriza el consumo de frutas, verduras, lácteos, carnes y pescados de temporada. Aunque es cierto que actualmente podemos comprar cualquier producto en cualquier época del año, deberíamos saber que para que esto ocurra, estos alimentos han tenido que ser manipulados genéticamente. Es decir, que cuando compras fresas en enero o sandías sin semillas, has de saber que esos productos vienen de cultivos que no son naturales.

Beneficios que obtienes comprando alimentos de proximidad

Compra en tiendas de tu barrio, con lo cual estarás fomentando la creación de empleo y dando una mayor afluencia de gente a la zona. Obtendrás un trato mucho más personalizado, a la vez que hablas y conoces a tu vecindario.

Los alimentos llegarán a tu mesa sin pasar horas en camiones frigoríficos, lo cual encarece la durabilidad del producto. Lo que significa que se conservará mejor y durará mucho más tiempo en nuestras casas porqué será mucho más fresco.

Como no necesitas utilizar transporte para desplazarte, estarás contribuyendo a la baja contaminación del planeta y además te servirá como hábito cardiosaludable.

Ahorrarás en la cesta de la compra, ya que como estos productos casi no tienen que pasar por intermediarios y no llevan embalajes especiales para su conservación, provocan un abaratamiento en su coste final.

Los beneficios que te aporta a la salud son variados, ya que no consumes alimentos procesados, culpables de problemas tan importantes como el alto nivel de obesidad, infartos de miocardio, exceso de colesterol o muchas otras enfermedades.

Evitarás que se desperdicien alimentos que acaban en la basura, y que de esta forma serán reciclados para reutilizarlos tanto como abono natural para otros cultivos como en harina para la elaboración de piensos para animales.

Y ahora viene la gran pregunta: entonces, ¿dónde compro? En todas las ciudades y pueblos tenemos supermercados y plazas de abastos, y en algunos casos los agricultores directamente ofrecen los mejores productos de proximidad, lo cual garantiza su frescura ya que en la mayoría de los casos han sido recogidos esa misma mañana o la noche anterior. Aportan grandes beneficios nutricionales que van dirigidos a mejorar nuestra salud, sin olvidarnos nunca del ahorro económico que supone el consumo de este tipo de artículos.