Contar con un buen ambientador en tu hogar puede conseguir que al llegar a tu domicilio te encuentres con un agradable aroma que te recuerde a algo limpio. Y es que igual que te puedes sentir identificado con un olor concreto para tu gel o tu perfume favorito el aroma que elijas para tu hogar dirá mucho de ti.

Cómo elegir un aroma para tu casa

En un supermercado puedes encontrar multitud de variedades para dar a tu casa un ambiente agradable que te proporcione paz y relajación, pero antes de elegir uno lo mejor es tener en cuenta una serie de detalles para, sobre todo, no equivocarte.

Quizás lo más importante a la hora de elegir uno es que pienses en ti mismo. Existen gran variedad de olores por lo que lo mejor es que lo elijas en función de tus gustos y también de tu hogar. Prueba, prueba y vuelve a probar hasta que encuentres aquel que de verdad te agrada.

Es posible que el mismo aroma no pegue con todas las habitaciones. Tampoco es recomendable que en cada espacio introduzcas olores muy fuertes, ya que cuando se mezclen pueden generarte el efecto contrario al deseado.

Piensa que un aroma puede despertar en ti y en quien viva o visite tu hogar distintas sensaciones en función de cuál elijas. Algunos aromas, como pueden ser los de fresa o rosas, pueden conseguir levantarte el ánimo en un día un poco gris. Si por el contrario lo que buscas es paz y tranquilidad puedes optar por olores tipo limón, vainilla o lavanda.

Pero tan importante como los olores son los tipos de sistemas para difundir la fragancia, ya que cualquiera no encaja en cualquier lugar.

Los tipos existentes

Eléctrico. Es quizás el ambientador más pequeño que puedes encontrar. Desprenden fragancias mientras están conectados al enchufe. Lo habitual es que tengan un olor constante e intenso siempre en función del grado de intensidad con el que haya sido programado.

En gel. Son quizás los más utilizados en los cuartos de baño. No suelen ser muy decorativos por lo que, de forma habitual, son camuflados para que no sean vistos fácilmente.

Tipo Mikado. Están muy de moda últimamente. Consisten en pequeños frascos que contienen en su interior el perfume. Vienen con una serie de varitas de bambú que son introducidos en su interior después de retirar la tapa de plástico protectora. Este sistema consigue que la fragancia se desprenda de una forma tenue y continúa hasta que el líquido se agote.

En Spray. ​Es la forma más rápida que puedes elegir para que los malos olores desaparezcan en ese mismo instante. La desventaja que tienen es que su olor no perdura demasiado en el ambiente y, además, debes intentar utilizarlo lo más alejado posible de los muebles para no dañarlos.

Cómo puedes ver, existen grandes posibilidades a la hora de elegir el ambientador más adecuado. Así que, tómate tu tiempo y no elijas a la desesperada, lo importante es acertar.